El potencial de los biocombustibles de primera a cuarta generación

El aumento constante de la población humana y un creciente nivel de vida aumentan la demanda global de energía.

Los combustibles fósiles representan más de tres cuartos de la producción de energía, liberando enormes cantidades de dióxido de carbono (CO2) que impulsan los efectos del cambio climático, además de contribuir a la grave contaminación del aire en muchos países.

Por lo tanto, la reducción drástica de las emisiones de CO2, especialmente de los combustibles fósiles, es esencial para abordar el cambio climático antropogénico. Para reducir las emisiones de CO2 y hacer frente a la creciente demanda de energía, es esencial desarrollar fuentes de energía renovable, de las cuales los biocombustibles formarán una contribución importante.

Fig.1. Representación esquemática de las diferentes generaciones de biocombustibles. Se muestran ilustraciones de posibles materias primas junto con las ventajas y desventajas asociadas con cada generación de biocombustible.

 

En este ensayo, se discuten con detalle los biocombustibles líquidos desde la primera hasta la cuarta generación, junto con su desarrollo industrial e implicaciones políticas, con un enfoque en el sector del transporte como una solución complementaria a otras tecnologías respetuosas con el medio ambiente, como los automóviles eléctricos.

Exponemos los argumentos para la producción de biocombustibles como medidas inmediatas y a largo plazo para limitar y eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía y la movilidad. En ese sentido, los biocombustibles no serán la única solución, sino un componente esencial en una red con otras tecnologías físicas (por ejemplo, energía eólica, sistemas fotovoltaicos) y químicas (por ejemplo, proceso Sabatier, Power to X) que juntas pueden proporcionar soluciones energéticas y de movilidad neutrales o incluso negativas en carbono. En cuanto al transporte, los biocombustibles deben actuar en sinergia con otras tecnologías, como los vehículos electrificados. Además de la fabricación de biocombustibles, procesos similares también podrían implementarse en otras aplicaciones. Aquí, los aceites de algas y levaduras pueden transformarse en materiales de construcción como fibras de carbono y aditivos para cemento. A través de estas vías, el CO2 atmosférico puede ser absorbido del medio ambiente y almacenado durante períodos muy largos. Estas tecnologías podrían complementar materiales derivados de combustibles fósiles o que generan grandes cantidades de CO2 durante el proceso de fabricación (por ejemplo, acero, aluminio y hormigón).

Con respecto a los gobiernos, esto significa que ni la ideología ni las decisiones demagógicas protegerán a ninguna sociedad de los efectos del cambio climático. Simplemente no hay respuestas simples a problemas complejos y globales. Lo que se necesita son alianzas gubernamentales globales que tomen decisiones orientadas tecnocráticamente a largo plazo, con miras a establecer definitivamente resultados centrados en el clima, incluso si la comunicación de las medidas que deben tomarse no es popular a primera vista.

Incluso fuera de las comunidades científicas, las personas están listas para aceptar cambios en el statu quo para frenar los efectos del cambio climático y hacer la transición hacia una sociedad sostenible. La pregunta sigue siendo si las élites políticas globales están listas para comunicar e implementar este cambio. El tiempo se agota para mantener los ecosistemas globales tal como los conocemos.

Documento traducido al Español.