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Seguridad energética de China e imperativos geopolíticos

Implicaciones para la formulación de políticas climáticas nacionales

En esta recapitulación, se revisan las políticas de China para lograr simultáneamente la neutralidad de carbono y mejorar la seguridad energética nacional. Sin considerar la vital seguridad energética, formular políticas climáticas hacia la neutralidad de carbono sería como una montaña cubierta de nieve en un desierto desolado.

Debido a que el consumo de energía de China ha sido mayor que su producción nacional de energía en la última década, importar energía extranjera de manera segura y oportuna se ha convertido en una prioridad máxima.

Por lo tanto, China ha profundizado su conexión con Rusia, Irán, Pakistán, Myanmar y países de Asia Central para la cooperación energética, remodelando así su hoja de ruta hacia la reducción de emisiones de CO2. Al mismo tiempo, ajustándose a las necesidades estratégicas y comprendiendo las tendencias futuras, China ha participado de manera proactiva en los asuntos árticos para explorar nuevas fronteras de recursos y esferas de influencia.

 

Fig. 1. Principales gasoductos naturales de China.

 

Además, China ha impulsado el desarrollo de energías renovables, incluyendo la eólica, solar, hidroeléctrica, nuclear, geotérmica y mareomotriz, con el fin de racionalizar la estructura energética y aumentar la capacidad de producción energética.

Desde 2009 hasta 2021, la capacidad instalada acumulativa de generación de electricidad a partir de energías renovables en China ha aumentado de 874 a 2,374 millones de kW, y la generación anual de energía de 3,697 a 8,537 mil millones de kWh.

Con la implementación de la construcción de infraestructura energética en el marco de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés), China ha promovido de manera constante la internacionalización de su moneda, el Renminbi (RMB).

Documento traducido al Español.